A pesar de la experiencia
y de la facilidad existente hoy en día para comunicarse a lo largo y ancho de
este mundo gracias a la Red (Internet), a menudo tengo la sensación de que los
seres humanos estamos más incomunicados que nunca.
Las enormes ventajas que
nos ofrece la comunicación global para aprender unos de otros, se vuelven
desventajas e incluso peligros debido al constante bombardeo de información
dudosa, interesada, engañosa o directamente falsa que busca solamente
aprovecharse de nuestras necesidades. Es el vértigo de una sociedad a la que
los intereses comerciales han convertido en consumista compulsiva. Y no te
preocupes, que jamás tienes todo lo que necesitas; si crees que ya lo tienes
todo, el mercado sabrá crearte una nueva necesidad.
Vienen a colación las
reflexiones anteriores porque, a pesar de los millones de reseñas sobre los
peligros de realizar una dieta incontrolada, la publicidad para perder
rápidamente peso mediante dietas o pastillas aumenta día a día y millones de
personas anteponen si deseo a su salud.
Los expertos insisten en
que no hay fórmulas mágicas para adelgazar, y advierten de los peligros de las
dietas “milagro”. La falta de información nutricional y la fácil accesibilidad
a este tipo de dietas, supone un gran motivo de preocupación.
El metabolismo basal va en
función de la edad, peso y talla de cada individuo, por lo que es aconsejable
ponerse en manos de un especialista para llevar a cabo una pérdida de peso
correcta, siguiendo unos buenos hábitos de alimentación, aportando así los
nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo, y olvidarse de
este tipo de dietas que solo nos traerán efectos negativos a corto o a largo
plazo.
En función de las
características de la “dieta milagro” que se siga, existen diversos riesgos
efectos negativos a los que nos enfrentamos, como pueden ser:
Efecto yo-yo.
Provocan malos hábitos
alimentarios.
Se pierde peso a expensas
de proteínas corporales y en menor medida del porcentaje de grasa.
Provocan alteraciones en
el organismo, siendo perjudiciales para la salud, como trastornos metabólicos,
alteraciones cardiovasculares, alteraciones dermatológicas, etcétera.
Produce alteraciones a
nivel neuropsíquico como ansiedad, insomnio, irritabilidad...
SIEMPRE
CON PROFESIONALES.
Técnicas para perder peso
hay muchas, saludables solo unas pocas y casualmente son las que los expertos
no se cansan de repetir. Las conocidas como “exprés” también son las más
buscadas por las mujeres en Internet o las que hacen a imagen y semejanza de
sus amigas. Pero debes darte cuenta de que las dietas de las amigas NO son
dietas amigas. Es decir, lo que funciona en un metabolismo no tiene porqué funcionar
en el tuyo.
Por muchos titulares que
leas o mucho que te las recomienden amigas o “celebrities”, las dietas milagro
NO EXISTEN.
La única forma saludable,
efectiva y duradera de perder peso es paulatina, con control de un médico o un
nutricionista y combinando con ejercicio. Un régimen que promete perder más de dos
kilos a la semana es ya una locura en sí mismo. No solo producen un efecto
rebote muy agresivo que te puede hacer recuperar más peso del que has perdido,
sino que tienen grandes desequilibrios nutricionales.
La mayor parte de estas “dietas
milagro” implican sacrificios como eliminar radicalmente todos los
carbohidratos o, en el peor de los casos, el de las conocidas como “monomeals”
que eliminan cualquier alimento que no sea el único ingrediente en que se basa.
Adiós a los hidratos de carbono, buenos y malos, proteínas, ácidos grasos
esenciales, fibra, muchas vitaminas, los minerales…..
Un médico o un
nutricionista es quien mejor te puede aconsejar sobre el tipo de dieta que
debes hacer para bajar de peso. Una analítica completa para saber cómo estás
antes de comenzar puede ser de gran ayuda para hacer más efectivo y saludable
el régimen. En general, no es recomendable hacer dieta sin el apoyo y la prescripción
de un profesional, pero menos aún las que impliquen carencias nutricionales
severas.
Descarta cualquier régimen
que lleve la palabra 'milagro' asociada a su nombre. Las palabras 'rápido',
'disociado' o 'con nuestro preparado estrella' también te deberían alejar de
ellas. Cualquier método que te impida comer de manera equilibrada no solo no es
efectivo a largo plazo sino que puede ser muy peligroso para tu salud.
Además, un buen
nutricionista sabrá recomendarte los complementos alimenticios, vitaminas y
minerales que sean necesarios para complementar tu dieta y que pierdas peso sin
perder salud.
La nutricosmética se ocupa de la belleza desde el
interior, una tendencia en auge.
Pero, ¿sabemos realmente qué son los nutricosméticos?
Son productos alimenticios que, administrados
siguiendo las indicaciones del fabricante, poseen unas determinadas propiedades
que afectan favorablemente al aspecto del cabello, las uñas y
la piel, protegiéndolos y/o manteniéndolos en buen estado.
Una piel sana cumple con la función barrera para
mantener el equilibrio entre el entorno interno y externo del cuerpo. La piel
requiere nutrientes y minerales específicos para mantener
este equilibrio dado que está sometida a cambios constantes por factores ambientales
y asociados con el proceso de envejecimiento. En este sentido, hay
ciertas sustancias corporales cuyos niveles de producción descienden con la
edad, afectando a la flacidez de la piel, como por ejemplo, la elastina, la
decorina o el colágeno.
Además, el actual ritmo de vida, una dieta
desequilibrada y el estrés son factores que dificultan obtener
todos los componentes necesarios para mantener la piel en buen
estado. De ahí, el interés creciente en los nutricosméticos como complementos
alimenticios para ayudar a reducir estas deficiencias.
Muchas de las enfermedades
carenciales eran conocidas en la antigüedad, e incluso en el período
prehistórico.
Heródoto ya describe el escorbuto y más tarde en algunas crónicas
de las cruzadas. El beri-beri había sido observado siglos atrás en el Extremo Oriente
y el raquitismo en numerosos países. Sin embargo, se desconocían las causas.
Lo que se sabía era que dichas
enfermedades aparecían con más frecuencia en los desnutridos o en difíciles
condiciones de vida, sobre todo en los navíos que realizaban largas travesías.
Es por esto, sin duda, que el descubrimiento de muchos trastornos carenciales –y
sus remedios- fueran llevados a cabo por navegantes.
El doctor James Lind, de la
marina británica, detectó el papel que desempeñaba el limón en la prevención
del escorbuto.
En 1885, el almirante japonés
Tataki cambió la alimentación de los marineros de la flota japonesa que se
basaba en arroz refinado, logrando evitar muchos casos de beri-beri.
En los albores de la ciencia
dietética se creía que bastaba con comer cierta cantidad de alimentos,
cualesquiera que fueran, para estar bien y suficientemente alimentados. Sin
embargo, no basta con la cantidad.
A finales del siglo XIX, diversos
investigadores constataron que si alimentaban a ratones con leche, éstos vivían
muy bien. En cambio, si en lugar de suministrarles leche natural les daban cada
componente de la leche por separado, los animales morían. Dedujeron, pues, que
en la leche existía, además de los elementos conocidos, algún otro elemento aún
desconocido pero necesario para la vida.
En el caso del beri-beri que se
daba en pacientes y animales bien alimentados con arroz refinado, se observó
una rápida mejoría y la curación en cuanto se cambió la dieta por arroz
integral. Por consiguiente, se constató que en la cáscara del arroz, al igual
que en la leche, existía un componente “misterioso” cuya ausencia provocaba la
enfermedad y la muerte.
Fue en 1910 cuando el bioquímico
estadounidense Casimir Funk aisló ese “componente misterioso”: una sustancia
química del grupo amino, soluble en agua, a la que dio el nombre de VITAMINA; es decir, amina necesaria
para la vida. Se trataba de la vitamina B1.
Por la misma época, más o menos,
los investigadores Hopkins y Stepp demostraron que ciertas sustancias –solubles
en las grasas- eran indispensables para el crecimiento de ratones y las
llamaron vitamina A.
El término vitamina tuvo impactó
mundial y fue adoptado unánimemente para dar nombre a esas sustancias, si bien
hoy sabemos que no todas las vitaminas son aminas ni todas son necesarias para
la vida.
Las vitaminas son sustancias
alimentarias que no aportan calorías y que tienen en común:
Ser necesarias para el buen funcionamiento celular
del organismo.
Actuar en dosis muy bajas; entre 1 y 100
microgramos o miligramos al día, dependiendo de cada vitamina.
El organismo no puede efectuar la
síntesis de las vitaminas, por lo que éstas deben aportarse en la ración
alimentaria. En puridad, el organismo puede sintetizar algunas pero en
cantidades tan ínfimas –salvo la vitamina D- que es necesario aportárselas.
Sin las vitaminas, el cuerpo no
podría aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por
la alimentación; las proteínas, los azúcares, la fécula, las grasas. Desempeñan
una función catalizadora y activan la oxidación de los alimentos, así como las
operaciones metabólicas y facilitan la liberación y utilización de la energía.
Son como la chispa que enciende el fuego.
Actúan tanto solas como
constituyentes de una enzima; por eso se dice que son coenzimas. Intervienen,
por consiguiente, en los fenómenos más íntimos de la vida celular.
Las vitaminas se presentan bajo
dos formas:
Vitaminas liposolubles:
Las vitaminas
liposolubles se disuelven en grasa (lípidos). Estas vitaminas, normalmente son
absorbidas por las lipoproteínas que viajan a través del sistema linfático del
intestino delgado y en la circulación de la sangre de nuestro organismo. Estas
vitaminas liposolubles, especialmente las vitaminas A y E se almacenan en los
tejidos de nuestro organismo.
Una vez que se
han almacenado en los tejidos de nuestro cuerpo, las vitaminas liposolubles
tienden a permanecer en ellos. Esto quiere decir que si una persona toma
demasiada cantidad de una vitamina liposoluble, esta se mantendrá presente en
su cuerpo a lo largo del tiempo pudiendo producirse una condición
potencialmente peligrosa conocida como hipervitaminiosis, que literalmente
significa un exceso de vitaminas en el organismo.
Las personas también pueden presentar deficiencias en vitaminas liposolubles si toman muy poca
cantidad o si su asimilación se reduce, por ejemplo, por tomar ciertos
medicamentos que pueden interferir en la absorción de vitaminas por el
intestino. También algunas enfermedades como la fibrosis quística pueden
producir deficiencia de enzimas del páncreas que de forma similar interfieren
en la absorción de estas vitaminas en el intestino.
Existe una
diferencia entre las vitaminas que son solubles en agua de forma natural, tales
como las vitaminas B y C y la forma disuelta en agua de vitaminas como la
vitamina E, que de forma natural es una vitamina liposoluble. Esta forma de
vitamina E es soluble en agua mediante la adición de ciertos compuestos durante
el proceso de elaboración. Esto, hace que esta forma soluble en agua de la
vitamina E se pueda absorber de forma más eficiente por las paredes
intestinales.
Vitaminas hidrosolubles:
A diferencia de
las vitaminas liposolubles, las vitaminas hidrosolubles se disuelven en agua y
no en lípidos o grasas. Debido a esto, las vitaminas hidrosolubles, se eliminan
a través de la orina. Dado que su eliminación es muy frecuente, necesitamos
tomar vitaminas hidrosolubles de forma habitual en nuestra dieta.
Los grupos de
vitaminas que son hidrosolubles son las del complejo B y la vitamina C.
Las vitaminas
hidrosolubles, se destruyen fácilmente o se eliminan durante la preparación de
los alimentos y también en su almacenamiento. El almacenamiento adecuado de los
alimentos y su correcta preparación, pueden minimizar la pérdida de este tipo
de vitaminas. Para reducir la pérdida de vitaminas hidrosolubles que se produce
al almacenar alimentos, refrigéralos si no los vas a consumir frescos y
mantenlos alejados de la luz solar.
Al cocinar
vegetales, se puede utilizar el agua de la cocción para preparar sopas ya que
la mayor parte de las vitaminas hidrosolubles se quedan en el agua que queda
tras hervir los vegetales.
Las diferencias
entre vitaminas sintéticas y naturales, no es del agrado de la industria
farmacéutica. Sin embargo, estas diferencias son reales y han sido puestas de
relieve por la incipiente competencia de la industria que apoya la salud
natural.
Todavía algunos
científicos, generalmente muy relacionados con la actividad farmacéutica,
insisten en que las vitaminas sintéticas tienen idénticas estructuras
moleculares y químicas que las vitaminas naturales. La naturaleza es mucho más
sabia; efectivamente en el laboratorio puede duplicarse (replicarse) el agua de
mar de manera tal que sea prácticamente idéntica al agua marina, sin embargo si
Ud. pone peces en esta agua sintética todos morirán.
Lo mismo
originó justamente el descubrimiento de las vitaminas. La ciencia moderna de la
nutrición natural, plantea que existe un “algo más”, un principio aún no
definido, pero que se manifiesta sinérgicamente. Al igual que una mala
fotocopia, en que falta una sección, aunque sea pequeña, ya no es la misma y es
posible que en ese sector se hubiera perdido alguna información que hace del
texto ilegible para el lector. Este tema está también muy relacionado con el
problema de las vacas locas o la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y
enfermedades relacionadas, donde proteínas defectuosas denominadas priones – si
bien son normales en su composición molecular, son anormales en su modelo o
configuración- sólo se diferencian por unos muy pocos enlaces de aminoácidos y
en una posición precisa en largas cadenas de ellos.
Las vitaminas naturales y los
minerales orgánicos poseen notables ventajas contra las vitaminas sintéticas y
minerales inorgánicos; poseen atributos nutritivos que no pueden ser emulados
en los laboratorios químicos.
Los consorcios químicos mantienen
todavía vitaminas sintéticas en el mercado, exclusivamente por la razón
costos/beneficios, que la industria farmacéutica debe manejar muy bien. Los
costos de producción de las vitaminas sintéticas son extremadamente más bajos
que las vitaminas con origen orgánico y pueden ser comercializadas con un
increíble margen de ganancias. Se imagina usted, si la industria farmacéutica
doblegara a la incipiente industria de la salud natural; sin competencia, en un
mercado monopolista, mayores ganancias. En términos de productos sintéticos las
ganancias son sólo económicas y las pérdidas la hace el cuerpo humano.
Los productos naturales ponen en
riesgo a un negocio de muchos billones de dólares: la industria fármaco química.
Las empresas farmacéuticas
presionan fuertemente para que los organismos oficiales de la salud pública
fijen normas rígidas, que limiten los niveles de nutrientes en los alimentos y
suplementos alimenticios. Esto permite que más allá de estos “umbrales” todo
producto natural caiga en la esfera de los fármacos. Con ello, se pretende
fármaco-monopolizar la salud.
Los países en vías de desarrollo
hemos estado mucho tiempo cerrados a la evidencia científica. Sin embargo,
gracias a la red de la internet, hoy ya el conocimiento se ha globalizado y la
medicina y la estrategia de salud natural de las personas se abre pasos aceleradamente.
Ha sido vital en el despertar del consumidor, la gran contribución de todos las
organizaciones ecologistas y vegetarianas que promueven el derecho a la salud
natural en el mundo.
Debe persistirse en fomentar que
las personas se abstengan de consumir vitaminas de síntesis y minerales
“no-orgánicos”. Se hace necesario mayor difusión que la realizada hasta ahora
respecto a obtener los nutrientes esenciales mediante el consumo de alimentos y
suplementos alimenticios naturales.
El ritmo de vida actual no nos
permite alimentarnos adecuadamente a diario, por lo que se hace necesario
aportar a nuestro organismo las vitaminas y minerales que necesitamos para su
correcto funcionamiento. Asimismo, al seguir una dieta para rebajar peso,
siempre hay que hacerlo bajo la supervisión de un profesional/especialista
quién podrá complementar esa dieta con los aportes naturales que considere
necesarios.
Por último se antoja especialmente
necesario en personas intervenidas del aparato digestivo y en pacientes
sometidos a cirugía bariátrica1,
ya que puede que no les sea posible asimilar los nutrientes aportados por
los alimentos mediante el tracto digestivo. Tu médico especialista te
recomendará lo que considere mejor para tu salud.
1Cirugía
bariátricaes el conjunto de procedimientos quirúrgicos
usados para tratar la obesidad, buscando disminución del peso corporal y como
alternativa al tratamiento con otros medios no quirúrgicos.
Cada año, el 24 de julio, se
celebra el Día Mundial del Autocuidado, con el propósito de promover buenos
hábitos cotidianos para ayudar a mantener una buena salud.
Según la Asociación Mundial de
la Industria Mundial del Autocuidado (World Self-Medication Industry, WSMI),
una persona con unos buenos hábitos de autocuidado personal será capaz de tomar
mejores decisiones acerca de su propia salud y, por ello, será un individuo más
sano y con mayor esperanza de vida.
Además, acudirá menos veces al
profesional sanitario sin una necesidad real, lo que repercutirá en un menor
gasto para el sistema sanitario, tanto público como privado.
Una persona con buenos hábitos
de autocuidado personal será capaz de tomar mejores decisiones acerca de su
salud y, por esta razón, será un individuo más sano y con mayor esperanza de
vida.
Los objetivos principales del
Día Mundial son explicar a la sociedad por qué es importante para la salud el
autocuidado diario y animar a los ciudadanos a que se unan a esta práctica de
manera diaria.
La WSMI es una federación de
alrededor de 50 asociaciones miembro que representan a los fabricantes y
distribuidores de medicamentos sin receta y productos de cuidado personal en
todos los continentes.
Según la Organización Mundial
de la Salud, es lo que hace la gente por sí misma para establecer y mantener la
salud, y para prevenir y tratar las enfermedades. Se trata de un concepto
amplio que abarca la higiene, nutrición, estilo de vida, factores ambientales y
socioeconómicos, además de la automedicación responsable.
Si has decidido perder peso o hacer alguna dieta de cara al verano,
porque te sobran unos kilos, te felicito. Pero perder esos kilos que nos sobran,
aunque es lo más saludable que podemos hacer, no debemos hacerlo sólo de cara
al verano.
Para ello lo primero es llevar una vida sana.
El mejor consejo que te puedo dar es que NO sigas una dieta “de
oídas”, ni te la inventes, ni mucho menos, dejes de comer porque todo ello
puede ser muy peligroso para tu salud.
Consulta a tu dietista o nutricionista y sigue sus consejos porque
estos profesionales sabrán indicarte o recomendarte la dieta que mejor se
adapte a tus necesidades.
Los productos NATURVENT son 100 por 100 orgánicos (sin añadidos
químicos) y pueden ayudarte a complementar la dieta y aportar a tu organismo
las vitaminas, los minerales y la energía que necesita, sin añadir calorías.
En NATURVENT apoyamos a los profesionales de este sector y te los
recomendamos, ya que nuestros productos no son “milagrosos” sino NATURALES.
Aunque
el concepto de alimentos funcionales se introdujo hace mucho tiempo con Hipócrates
y su lema ''Que el alimento sea tu medicina'', hace relativamente poco tiempo
que la evidencia comenzó a apoyar la hipótesis de que la dieta puede jugar un papel
importante en la modulación de las funciones fisiológicas importantes en el cuerpo.
Tal dependencia está comprobada en enfermedades tales como la diabetes no
insulina-dependiente, la osteoporosis, la hipertensión, el cáncer del tubo
digestivo o de mama, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, etc.
Existe
por tanto posibilidad de mejorar la salud a través de una alimentación adecuada.
En
los años recientes se ha incrementado el interés del consumidor por su salud y
su expectativa es que los alimentos que consuma, contribuyan a ella y más aún,
que sean capaces de prevenir enfermedades, sobre todo porque factores tales
como el estilo de vida, la exposición constante a factores de estrés, los
cambios en los patrones dietéticos y hábitos alimenticios, así como el consumo
de fármacos (en particular antibióticos), afectan negativamente la salud.
Lo
anterior, ha favorecido la demanda de alimentos que favorecen el buen estado de
salud, llamados también “alimentos funcionales”.
De
acuerdo al Food and Nutrition Board of the Institute of Medicine de Estados Unidos,
un alimento funcional es “un ingrediente o suplemento alimenticio que aporta un
beneficio funcional adicional específico (fisiológico o psicológico) a su valor
nutricional básico”.
Es
importante recalcar, que los alimentos funcionales promueven la salud, no curan
las enfermedades.
En
el pasado, los alimentos fueron considerados en términos de su valor dietético
natural. Actualmente, las expectativas puestas sobre ellos van más allá de
dicho valor, prevaleciendo su contribución favorable a nuestra salud.
En
el futuro, se estima que la relación con nuestra dieta evolucionará hacia un
tipo de nutrición personalizada, caracterizada por una mejor comprensión de la
nutrición molecular.
Los
alimentos probióticos son, tal vez, el ejemplo mejor caracterizado y estudiado
de los alimentos funcionales y junto con los prebióticos representan el
segmento más grande de los alimentos funcionales en el mercado de Europa, Japón
y Australia. El mercado de esta categoría de alimentos continúa expandiéndose
en paralelo con el creciente interés de los consumidores sobre el papel de la
dieta en la conservación y mantenimiento de la salud.
Las vitaminas naturales y los
minerales orgánicos poseen notables ventajas contra las vitaminas sintéticas y
minerales inorgánicos; poseen atributos nutritivos que no pueden ser emulados
en los laboratorios químicos.
Los consorcios químicos mantienen
todavía vitaminas sintéticas en el mercado, exclusivamente por la razón
costos/beneficios, que la industria farmacéutica debe manejar muy bien. Los
costos de producción de las vitaminas sintéticas son extremadamente más bajos
que las vitaminas con origen orgánico y pueden ser comercializadas con un
increíble margen de ganancias. Se imagina usted, si la industria farmacéutica
doblegara a la incipiente industria de la salud natural; sin competencia, en un
mercado monopolista, mayores ganancias. En términos de productos sintéticos las
ganancias son sólo económicas y las pérdidas la hace el cuerpo humano.
Los productos naturales ponen en
riesgo a un negocio de muchos billones de dólares: la industria fármaco química.
Las empresas farmacéuticas
presionan fuertemente para que los organismos oficiales de la salud pública
fijen normas rígidas, que limiten los niveles de nutrientes en los alimentos y
suplementos alimenticios. Esto permite que más allá de estos “umbrales” todo
producto natural caiga en la esfera de los fármacos. Con ello, se pretende
fármaco-monopolizar la salud.
Hemos estado mucho tiempo cerrados a la evidencia científica. Sin embargo,
gracias a internet, hoy ya el conocimiento se ha globalizado y la
medicina y la estrategia de salud natural de las personas se abre pasos agigantados.
Ha sido vital en el despertar del consumidor, la gran contribución de todos las
organizaciones ecologistas y vegetarianas que promueven el derecho a la salud
natural en el mundo.
Debe persistirse en fomentar que
las personas se abstengan de consumir vitaminas de síntesis y minerales
“no-orgánicos”. Se hace necesario mayor difusión que la realizada hasta ahora
respecto a obtener los nutrientes esenciales mediante el consumo de alimentos y
suplementos alimenticios naturales.
En los países más atrasados
debemos abrir la Salud Pública al uso consciente de los nutrientes naturales
orgánicos y biodisponibles. Mayor difusión de la salud natural, más salud,
menos gasto social.
Familias enteras de vitaminas B,
C, A o E son conocidas como “vitaminas complex”, indicando que ellas actúan
conjuntamente sobre el organismo como un complejo integral de factores
sinérgicos que solamente son encontrados en la naturaleza y no en los
laboratorios. Las vitaminas sintéticas a veces podrán aliviar o mejorar un
cierto estado de salud, pero lo hacen por un momento transitorio, mientras que
los efectos de las vitaminas naturales o “vitaminas complex” se mantienen en el
futuro.
En el estado de la ciencia de hoy
se cree que esos “desconocidos factores” o “cofactores” que se encuentran sólo
en las vitaminas naturales -y no encontradas en las formas sintéticas- actúan
como catalizadores que hacen las vitaminas más efectivas. Como las vitaminas
sintéticas no conllevan cofactores, en orden a completar su acción deben ir a
propio cuerpo a “bajar” esos cofactores. Por ello que cuando Ud. toma una de
esas vitaminas, puede sentirse bien por un rato, pero después se percibirá aún
peor en las fases ulteriores de su estado general; lo que ha sucedido, es que
se ha producido una pérdida neta de elementos esenciales que el cuerpo tenía
reservado para otras funciones. La prolongada acción de los sintéticos imita la
acción de las drogas farmacéuticas; ellas sobre-estimulan más que alimentan nuestro
cuerpo. Muchas enfermedades y dolencias, en consecuencia, son resultado de
nuestra frecuente ignorancia o transgresión de la dieta.
Sin nutrientes naturales como las
vitaminas, el cuerpo humano no sería capaz de aprovechar los elementos
constructivos y energéticos suministrados por la alimentación.
Las vitaminas son sustancias
orgánicas imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en la
nutrición de los seres vivos. No desempeñan funciones plásticas ni aportan
energía, puesto que no se utilizan como combustible, pero sin ellas el
organismo no es capaz de aprovechar los elementos constructivos y energéticos
suministrados por la alimentación. Normalmente se utilizan en el interior de
las células como precursoras de las coenzimas, a partir de los cuales se
elaboran los miles de enzimas que regulan las reacciones químicas de las que
viven las células.
Sin minerales es poco lo que se
puede aprovechar de las vitaminas. Los minerales ayudan a liberar las vitaminas
para que cumplan cabalmente sus funciones. Las vitaminas también necesitan
minerales. Y ambos requieren de las enzimas, que son proteínas catalizadoras.
Ni las vitaminas ni los minerales
por si solos podrían actuar en el proceso de restauración de las funciones
básicas, y este proceso es realizado por los procesos enzimáticos de la
nutrición. También las vitaminas son utilizadas en el interior de las células
como precursoras de las coenzimas, integrando procesos enzimáticos, actuando
como coenzimas o formando parte de la molécula de coenzimas. A partir de estos
procesos se producen las reacciones químicas de las que viven las células.
Para asegurar una buena salud y
suficientes micronutrientes, necesitamos ampliar la dieta con
suplementos de vitaminas y minerales.
Las diferencias entre vitaminas
sintéticas y naturales, no es del agrado de la industria farmacéutica. Sin
embargo, estas diferencias son reales y han sido puestas de relieve por la
incipiente competencia de la industria que apoya la salud natural.
Todavía algunos científicos,
generalmente muy relacionados con la actividad farmacéutica, insisten en que las
vitaminas sintéticas tienen idénticas estructuras moleculares y químicas que
las vitaminas naturales. La naturaleza es mucho más sabia; efectivamente en el
laboratorio puede duplicarse (replicarse) el agua de mar de manera tal que sea
prácticamente idéntica al agua marina, sin embargo si Ud. pone peces en esta
agua sintética todos morirán.
Lo mismo originó justamente el
descubrimiento de las vitaminas. La ciencia moderna de la nutrición natural,
plantea que existe un “algo más”, un principio aún no definido, pero que se
manifiesta sinérgicamente. Al igual que una mala fotocopia, en que falta una
sección, aunque sea pequeña, ya no es la misma y es posible que en ese sector
se hubiera perdido alguna información que hace del texto ilegible para el
lector. Este tema está también muy relacionado con el problema de las vacas
locas o la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y enfermedades relacionadas,
donde proteínas defectuosas denominadas priones – si bien son normales en su
composición molecular, son anormales en su modelo o configuración- sólo se
diferencian por unos muy pocos enlaces de aminoácidos y en una posición precisa
en largas cadenas de ellos.
Para
comenzar la andadura del blog, me gustaría insistir en lo necesario que es
llevar una dieta equilibrada para mantenernos en un estado de salud óptimo y
complementarla mediante el ejercicio físico y las vitaminas, minerales, oligoelementos
y nutrientes que nuestro organismo necesita para ello.
No
confundamos la dieta en general, que es la forma en que nos alimentamos
habitualmente con hacer una dieta específica, ya sea para perder peso o ganarlo,
ya sea para corregir disfunciones en nuestro organismo.
Para
comer bien y de forma sana, no es necesario gastar grandes cantidades de dinero
ni consumir productos exóticos de los que nunca has oído hablar y que,
seguramente, no serán tan naturales como te quieren hacer creer. En este mundo
del consumo globalizado apenas nos queda tiempo para recordar que la Naturaleza
nos ha creado y nos ha facilitado todo lo que necesitamos consumir para estar
sanos a través de la evolución humana.
Si
nos referimos a una dieta específica para perder o ganar peso o corregir
desarreglos del organismo debes acudir siempre a una especialista. El dietista
o nutricionista te indicará que es lo que más te conviene porque cada persona
es diferente y no todos los organismos responden de la misma forma a los mismos
estímulos. No inventes dietas, no te dejes influenciar por conocidos que dicen
haberles ido bien con tal o cual dieta.
No
te juegues la salud a los dados.
En
la primera entrega escribiré sobre lo necesarias que son las vitaminas, los
minerales y otros nutrientes para el perfecto funcionamiento de nuestro
organismo y para complementar cualquier dieta ya sea general o específica, así
como la diferencia entre las vitaminas sintéticas (que son las que
habitualmente nos venden las grandes multinacionales farmaceúticas) y la
vitaminas naturales (que son las que realmente necesitamos).
Espero
contribuir a que mis artículos sean de amena lectura y sirvan para potenciar el
consumo de esos minúsculos nutrientes tan importantes para la vida humana y que
tan poco en cuenta tenemos en nuestra vida diaria.
Y
os animo a que colaboréis con vuestros comentarios que podéis también enviarme
al correo: dietcarpe@gmail.com